lunes, 20 de diciembre de 2010

Una vez más, Cobos intentó mostrarse cerca del gobierno


Una vez más, Cobos intentó mostrarse cerca del gobierno

Publicado el 20 de Diciembre de 2010

En sintonía con el discurso propositivo y optimista con que dio a conocer el jueves pasado su programa de gobierno, pensando en las elecciones del próximo año, el vicepresidente Julio Cobos elogió ayer “los cambios” que, a su juicio, realizó la presidenta Cristina Fernández en las últimas semanas. Su contendiente en las internas de la Unión Cívica Radical, Ricardo Alfonsín, en cambio, prefirió criticar la gestión del kirchnerismo durante su visita a Jujuy.
“La presidenta ha comenzado a marcar cambios, que tienen que ver con sincerar el tema del Indec. Era impensable que se convocara a una misión del FMI o que se creara un Ministerio de Seguridad, que indica que hay una responsabilidad del Estado Nacional sobre este tema”, afirmó Cobos. 
“Son cambios favorables y veo mejor a la presidenta, porque muchas cosas que uno reclamaba y opinaba, en disenso, se están desarrollando”, reflexionó y resaltó la decisión de “promover un acuerdo social, que es fundamental”.
En tanto, Ricardo Alfonsín durante su recorrida por la provincia de Jujuy el fin de semana criticó la política habitacional del gobierno: “Es imperdonable que, con el crecimiento sostenido, no se hayan asignado los recursos materiales que tiene el país para combatir las indignas condiciones de vida de muchos de sus habitantes.” En cuanto a la interna partidaria aseguró que “no está en riesgo” la unidad. “Cuidado con esos partidos que nunca tienen una diferencia, que siempre coinciden en todo”, sostuvo con ironía. <

La versión De la Rúa

Publicado el 20 de Diciembre de 2010
Para el ex presidente Fernando de la Rúa, lo que ocurrió el 19 y 20 de diciembre de 2001 fue “un golpe civil” del que él fue víctima, de modo que mal podría responder como acusado.  “No hubo ningún plan represivo del gobierno ni di la orden de reprimir”, dijo ante la justicia. Y responsabilizó al entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, y al ex senador Eduardo Duhalde, por la situación. De la Rúa asegura que no fue él quien ordenó reprimir. “Quien ordenó el desalojo de la Plaza de Mayo fue la jueza Servini de Cubría, creyendo que era lo más conveniente.” Ante el juez Bonadío, De la Rúa reconoció que “venían rumores de que, desgraciadamente, había muertos”. Pero Mathov y Santos le dijeron que eso no era cierto. Hoy no desarrolla ninguna actividad partidaria. Continúa rodeado de los que fueron sus colaboradores y de algunos dirigentes de lo que queda del delarruismo, como Rafael Pascual y José María García Arecha.

“La UCR cayó en la trampa de integrar el Grupo A, y hay que salir de allí”

Publicado el 20 de Diciembre de 2010

El dirigente radical aseguró que la agenda que la oposición desarrolló en el Congreso “estuvo marcada por los grupos corporativos”. Reconoció que las retenciones son necesarias y que la Argentina vio la crisis “desde afuera”.
 
El dirigente radical Leopoldo Moreau fue homenajeado ayer en San Isidro por más de 2000 dirigentes de la provincia de Buenos Aires durante un acto del MODESO, la línea interna de la UCR bonaerense que él conduce. En el almuerzo se celebró el 50 aniversario de su incorporación a las filas radicales y Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz y Julio Cobos, los precandidatos del partido, grabaron un mensaje para saludarlo. “Debemos juntar a quienes pensamos parecido. Y yo les aseguro que no todos pensamos parecido. El radicalismo no puede tener como socios electorales ni parlamentarios a los xenófobos ni a los que reivindican las políticas de la década del ’90”, dijo en el discurso de cierre. En diálogo con Tiempo Argentino, aseguró que recién decidirá en marzo o abril a qué candidato apoyará y analizó los errores y potencialidades de la UCR, de cara a las elecciones presidenciales. “Deberíamos profundizar lo que está bien, en el camino de ir por más y no de retroceder, que es lo que quieren las corporaciones”, propuso.

–¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades de los dos candidatos de la UCR?
–Hay tres (se ríe), Sanz también es candidato. Creo que en el partido no hay liderazgo. Son candidatos respetables, pero no expresan corrientes de pensamiento interno. Siempre hubo diferentes alas ideológicas: algunas más populares y otras más conservadoras. Eso se perdió, fue una de las consecuencias de la crisis de la política.
–¿Cómo analiza la coyuntura política?
–Hay una situación internacional excepcional para el país. Miramos la crisis desde afuera y me da la sensación de que es una oportunidad que llegó para quedarse. La política tiene el desafío de concretar políticas de Estado que ayuden a consolidar esa situación. Sin dudas, el gobierno tomó decisiones que potenciaron el clima favorable que tiene America Latina. Hay viento de cola, pero sin las medidas que se tomaron asistiríamos a una tormenta. Si no hubiera retenciones, lo que hoy aparece como un privilegio para la economía sería una desgracia. Habría que generar políticas de Estado en las que coincidieran los sectores progresistas, que a mi entender están tanto en el gobierno como en algunos sectores de la oposición. 
–¿Cuál debería ser el rol del radicalismo en ese esquema?
–Deberíamos corregir lo que hay que corregir y profundizar lo que está bien, pero en el camino de ir por más y no de retroceder, que es lo que quieren las corporaciones. 
–¿Y el partido está encaminado en ese sentido?
–En la recuperación de la política, también el radicalismo encuentra una nueva oportunidad. De todas formas, hay que transitar un largo camino: se confunde la recuperación con el hecho de tener candidatos competitivos. ¿Dónde está parado el radicalismo hoy? Nos debemos el debate de un programa que, lógicamente, genera contradicciones. 
–¿Cómo cuáles?
–La UCR votó en contra de la reestatización de las AFJP, y meses después votó a favor del 82% móvil. Eso contradice posiciones históricas. Durante los ’90, como legislador, estuve 14 meses impidiendo la privatización del sistema.
–¿Y por qué al partido le cuesta ser coherente con su historia?
–Por dos razones. Falta debate político y, además, cayó en la trampa de integrar el Grupo A, que tuvo una agenda marcada por los grupos corporativos. Hay que salir de allí. La convención demostró que esa discusión se está dando en las bases. Sin embargo, la dirigencia partidaria nunca tomó nota: se toman decisiones sin que circulen antes en la estructura del partido.
–El gobierno de Raúl Alfonsín padeció, como pocos, la presión de las corporaciones.
–La UCR fue el partido que incorporó al vocabulario político la lucha contra los monopolios: desde la creación de YPF para romper el cartel petrolero hasta la decisión de crear cooperativas eléctricas en la provincia de Buenos Aires. Tenemos que continuar esa línea histórica. La Ley de Medios fue otro ejemplo de falta de discusión. El partido debió participar del debate para incorporar propuestas que la mejoraran, porque el antecedente más inmediato es el proyecto que se presentó durante el gobierno de Alfonsín, que para esa etapa era aún más revolucionario que el que se votó ahora. Era de avanzada. <
Parque Indoamericano, TN, Clarin y la distorsión de la realidad 
Por Anibal Fernandez