sábado, 7 de mayo de 2011

Evita


Evita     1919 - 07 de Mayo - 2011                                

Biografía y obras destacadas de Evita



Biografía: Política y actriz argentina de gran carisma, nacida como María Eva Duarte y esposa de Juan Domingo Perón (1895-1974). Hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren, Evita fue el quinto descendiente de la pareja, todos ellos nunca reconocidos legalmente por su padre, que tenía otra familia legal. En 1926 fallece el padre, dejando a la familia desprotegida y sin lugar para vivir, sufriendo una feroz discriminación por su condición de hija ilegítima que marcaría profundamente a Evita. En 1930 la familia se trasladó a Junín, donde la situación económica de la familia mejoró. En 1935, evita viaja con su madre a Buenos Aires, donde comienza a trabajar como actriz secundaria. Entre el radioteatro y las películas Evita finalmente logró una situación económica estable y cómoda. En 1943 comenzó su actividad sindical, siendo una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), primer sindicato de los trabajadores de la radio y un año después conocería a Juan Domingo Perón, casándose en 1945. Ese mismo año, destituyen y encarcelan a Perón y evita mostró todo su carisma juntando a sectores nacionalistas del ejército afines a su marido y a los trabajadores, a quienes llamó "descamisados". La campaña terminó el 17 de octubre, cuando miles de descamisados ocuparon el centro de Buenos Aires para exigir la liberación de Juan Domingo Perón, quien fue liberado y se presentó a elecciones en 1946, ganando por amplia mayoría. Evita se convirtió en el enlace entre su marido y los trabajadores, agrupados principalmente en la Confederación General del Trabajo (CGT). En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino y promovió medidas orientadas a mejorar la situación social y laboral de la mujer. Impulsó medidas tendientes a mejorar las condiciones de vida de los "descamisados", hasta entonces marginados. En 1951, la CGT postuló a Evita como candidata a la vicepresidencia, pero debido a la oposición de las Fuerzas Armadas y a su estado de salud muy debilitado, renunció a la candidatura en un emotivo y multitudinario acto en el balcón de la casa de gobierno. Evita se caracterizó por un discurso llano y emocional, muy carismático. El cáncer no le dio tregua, internándose en estado grave el 18 de julio y muriendo el 26, a los 33 años.

Frases De Evita

Cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que pueda dar, y aún más. Solo así construiremos la Argentina que deseamos, no para nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para los argentinos de mañana.

Cuando elegí ser Evita sé que elegí el camino de mi pueblo. Ahora, a cuatro años de aquella elección, me resulta fácil demostrar que efectivamente fue así. Nadie sino el pueblo me llama Evita

La patria no es patrimonio de ninguna fuerza. La patria es el pueblo y nada puede sobreponerse al pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia. Las fuerzas armadas sirven a la patria sirviendo al pueblo.

El capitalismo foráneo, el capitalismo foráneo y sus sirvientes oligárquicos y entreguistas han podido comprobar que no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos.

Aparento vivir en un sopor permanente para que supongan que ignoro el final... Es mi fin en este mundo y en mi patria, pero no en la memoria de los míos. Ellos siempre me tendrán presente, por la simple razón de que siempre habrá injusticias y regresarán a mi recuerdo todos los tristes desamparados de esta querida tierra.

El mundo será de los pueblos si los pueblos decidimos enardecernos en el fuego sagrado del fanatismo

Como mujer siento en el alma la cálida ternura del pueblo de donde vine y a quien me debo.

Sangra tanto el corazón del que pide, que hay que correr y dar, sin esperar.

De nada valdría un movimiento femenino en un mundo sin justicia social.

Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de perón y la bandera de mi pueblo. Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria.

Donde existe una necesidad nace un derecho.

La mayoría de los hombres que rodeaban entonces a Perón creyeron que yo no era más que una simple aventurera. Mediocres al fin, ellos no habían sabido sentir como yo quemando mi alma, el fuego de Perón, su grandeza y su bondad, sus sueños y sus ideales. Ellos creyeron que yo "calculaba" con Perón, porque medían mi vida con la vara pequeña de sus almas.